Capítulo 1 Naruto
Naruto suspiró. Ya habían pasado dos horas y, después de
algunos pellizcos disimulados en su brazo para causarse dolor, mientras estaba
en su salón de clases, comprendió que esto no era ningún sueño.
Él era Naruto… No, había sido Naruto toda su vida, pero ahora
se sentía extraño, pues su mente había madurado en un segundo y adquirido
décadas de experiencia de vida, así como toda una vida de recuerdos que le
hacían ver el mundo frente a él de forma diferente.
En resumen, no se sentía como Naruto. Conocía los
sentimientos de Naruto, pero no los sentía. Conocía sus deseos, pero ya no le
importaban.
La chica de pelo rosa era solo una niña gritona delante de él
y, debido a que tenía los recuerdos de Naruto, le causaba cierto asco, ya que
sus palabras de desprecio y odio eran las que más le dolieron…
«Bueno, eso sin duda son sentimientos», pensó Naruto para si
mismo. Eso significaba que sus sentimientos seguían allí, pero él los miraba
desde otro punto de vista. La duda era; ¿era ese punto de vista la de un Naruto
adulto, o era el punto de vista de un extraño?
«No sé quién soy, pero recuerdo una vida completa fuera de
este mundo. Recuerdo a una familia, el dolor de su pérdida. Una larga vida
solitaria y una muerte igual de solitaria. Me siento más como esa persona, no
como Naruto. No me siento en absoluto como un niño con baja autoestima que
siempre ríe para ocultar su tristeza y que cree que necesita la aprobación de
todos para vivir en este mundo», pensó Naruto.
Justo en este momento, acababa de haber una prueba y Naruto
la había fallado. Lo peor para él era que en tres días sería la prueba final y
no tenía ninguna posibilidad de pasarla, por lo que todos los niños se burlaban
de él y la chica de pelo rosa le decía que era un animal sin inteligencia y que
nunca llegaría a nada.
Naruto habría gritado e insultado en respuesta, porque sus
opiniones eran importantes para él, pero en el momento en que terminó la
prueba, sus sentimientos y recuerdos habían cambiado. Él, aturdido, solo caminó
hacia lo que parecía ser su asiento y reflexionó, ignorando a todos, ya que
estos niños ya no le importaban.
Naruto miró a su alrededor. Él estaba en un salón de clases
para niños de sexto grado de primaria o, en el mejor de los casos, de primer
año de secundaria. A su alrededor, había niños a los que conocía y que habían
sido sus compañeros durante varios años, pero ahora, a sus ojos, solo eran extraños.
«Bueno, si he muerto, una nueva vida no es algo malo, y si
soy Naruto, ahora tengo todos los recuerdos de mi vida futura y también
conocimientos para convertirme en un experto en este mundo, por lo que está
bien», pensó Naruto.
También se sentía genial ser mayor, era como si el mundo no
tuviera secretos para él y podía entender todo lo que veía, incluso a sus
compañeros que lo molestaban.
Naruto suspiró de nuevo al evaluar sus conocimientos sobre el
mundo ninja. Eran una porquería. No era su culpa, porque sus profesores
realmente lo odiaban, negándose a darle explicaciones e incluso dándole
exámenes diferentes a los otros niños. Esto era negligencia y falta de ética
laboral. Además, Naruto no tenía a nadie en casa que le diera lecciones.
Naruto vio a uno de sus profesores, Iruka-sensei. "Sensei" no
era su apellido, era el título para referirse a los profesores en este lugar,
lo cual seguía pareciéndole extraño al Viajero.
Iruka-sensei había sido su profesor durante este año. Él era
un buen maestro, pero Naruto no podía hacer preguntas. Si lo hiciera, toda la
clase lo miraría mal, ya que sus preguntas serían de nivel primario y no
tendrían relación con la materia actual. Necesitaba un profesor particular,
porque si hacía preguntas tontas, toda la clase se quejaría con justa razón.
Por todo esto, Naruto descartó la idea de hacer preguntas al
profesor para suplir lo que no había aprendido en años anteriores, que eran las
bases de las explicaciones actuales que no entendía en absoluto. Además,
Iruka-sensei tenía un ayudante, Mizuki, que siempre lo miraba mal y era una de
las personas que lo odiaban.
Naruto, que ahora conocía todo su futuro, sabía por qué, pero
no le interesaba, ya que Mizuki era un desconocido. Mientras que el anterior
Naruto era un niño que buscaba atención, el actual Naruto era un hombre mayor
al que le daba igual la atención de los desconocidos.
Naruto entendía la razón por la cual Mizuki lo odiaba, ya que
si su familia hubiera sido asesinada por el demonio zorro y este estuviera
sellado en su interior, sin duda también lo odiaría…
«¿O no?», pensó Naruto en su mente. Eso no tenía sentido, él
no era Naruto. Él mataría a Obito sin dudarlo ni un segundo, también a
Orochimaru y a Pain…
Él podría tener una conversación con Pain, ya que sus
argumentos eran razonables; eran sus planes los que eran una porquería.
Naruto suspiró aliviado. No era que fuera Naruto intentando
evangelizar a todos, era que pensaba en razones. Él no se odiaría a sí mismo
porque no era culpable de nada; su razón prevalecería sobre sus sentimientos.
Resuelta su crisis de identidad, Naruto volvió a evaluar sus
conocimientos. En cuanto a matemáticas, lectura, comprensión y todo lo demás
que era común, el actual Naruto estaba al nivel de un profesional con toda una
vida de experiencia. Ni siquiera la niña gritona de pelo rosa, en su mejor
momento en la historia, podía superarlo.
Naruto poseía conocimientos en genética, biología y anatomía
que ni siquiera Orochimaru tenía. Pero en cuanto a conocimientos de ninjas, era
una nulidad. El Viajero solo había visto la historia de Naruto dos veces, y su
conocimiento solo alcanzaba para saber las cosas importantes.
Por otro lado, al niño Naruto, de forma literal, se le negó
su educación en estas áreas, y sabía menos que el Viajero. Él necesitaba a un
profesor con urgencia, ya que Naruto ya sabía cómo volverse fuerte a la
velocidad del rayo, pero sin saber controlar su chakra y realizar sellos, los
jutsu de clones o los jutsus más simples, estaba tan perdido como el Naruto
original.
Naruto necesitaba volverse fuerte, ya que en este mundo, todo
el peso de lo que debía hacerse recaía sobre él. Por otro lado, él sabía cómo
volverse fuerte y no pensaba dar pasos a ciegas, pudiendo obtener todo el poder
que necesitaba solo con abrir una puerta.
Según sus recuerdos, a él le tomaría cuatro años convertirse
en un semidiós, con su propio esfuerzo y poderes otorgados por muertos, pero
Naruto no esperaría seguir ese camino. Para cuando pasaran cuatro años, él ya
se habría convertido en un verdadero dios.
Naruto empezó a buscar alternativas para obtener respuestas
sin molestar al resto de su clase. No tenía un maestro particular ni tampoco
amigos…
Naruto hizo una mueca, él sabía quién estaría dispuesta a
decirle todo lo que sabía y enseñarle.
La idea de Naruto para obtener los conocimientos que
necesitaba, ya que no tenía amigos ni un profesor particular, era acercarse a
la única persona que nunca le diría que no. Ella era un alma pura, amable y una
buena persona que, desde que apareció, se ganó el amor incondicional de todos
los fans.
Tanto fue así que al final, Naruto debía estar con su amor,
que era Sakura, pero el autor fue puesto contra la pared, ya que, a pesar de
que Naruto no amaba a Hinata, esta era un ángel y sin duda sufriría por el
rechazo de alguien sin importancia como Naruto, por lo que no había nada que
discutir: Naruto debía estar con Hinata y no se aceptaron excusas. Con esta
presión sobre su cabeza, el autor tragó saliva y le dio a Naruto a Hinata.
Naruto, quien ahora conocía y entendía los sentimientos de la
niña hacia él, realmente se sintió asqueado de sí mismo. Él se sentía como
basura sin valor, porque su única opción era aprovecharse de los sentimientos
de una niña maltratada por toda una familia de monstruos para obtener los
conocimientos que le faltaban o que eran incompletos en el mejor de los casos.
"Me repugno a mí mismo, pero no tengo otra opción, Hinata. Te
lo compensaré más adelante. Puedo usar mis conocimientos para darte el poder
que necesitas para enfrentar a tu familia", pensó Naruto.
…
Con un plan en mente, Naruto esperó el recreo. Él acababa de
fallar en un ensayo de la prueba del Bunshin no Jutsu. En pocos días sería el
examen final, y él sabía que la prueba se centraría en este jutsu, ya que se
encontraba justo al comienzo de la historia.
Según el guion, lo siguiente que haría Naruto después de su
fracaso en esta prueba sería faltar a clases e ir a vandalizar las estatuas de
los kages. Sin embargo, Naruto ya no tenía planes tan insensatos e ignoró las
burlas de sus compañeros.
"Niños estúpidos, la mayoría de ustedes fracasará en su
examen final de genin", pensó Naruto, haciendo caso omiso de las burlas y
dirigiéndose al patio de la escuela sin mirar a nadie.
Al llegar al patio, Naruto, a diferencia de lo que solía
hacer, que era colocarse en un rincón bajo un árbol, apretó los dientes debido
a la atrocidad imperdonable que estaba a punto de cometer y caminó en busca de
Hinata.
No fue difícil localizar a Hinata, ya que se encontraba
sentada en un banco solitario, observando a los demás jugar…
—¡Despreciables seres infernales, no merecen vivir!
—sentenció Naruto al ver cómo esta niña buena y pura era ignorada por todo este
grupo de individuos desconsiderados.
Naruto caminó con cierta renuencia, sabiendo que estaba
aprovechándose de los sentimientos de esta niña pura.
"Pequeño ángel, te lo compensaré en cuanto me haga fuerte.
Eliminaré a todos estos demonios despreciables que te ignoran y a esa horrible
familia de maltratadores", se dijo Naruto en su mente.
Al llegar al banco solitario, Hinata, quien ya lo había visto
desde que salió al patio, lo miraba con asombro y un ligero rubor.
Hinata era una niña que se acercaba a la adolescencia, con el
cabello corto, los ojos blancos y la piel pálida. Vestía de azul oscuro, casi
negro, pero lo que más llamaba la atención era su expresión triste.
—Hola —saludó Naruto, y la niña se ruborizó aún más. Naruto
fingió no darse cuenta—. Hinata, ¿puedo sentarme a tu lado? —preguntó Naruto, y
Hinata se tensó hasta el punto de parecer una tabla de madera. Sin embargo,
logró asentir de alguna manera.
Naruto se sentó preguntándose si ella se desmayaría. Esta
niña amaba con todo su corazón, no había término medio.
—Hinata, necesito un favor tuyo —dijo Naruto, sabiendo que
estaba yendo en contra de sus principios. Hinata no dijo nada—. Como habrás
notado, mis conocimientos básicos son insuficientes y hoy no he podido aprobar
el ensayo, lo que significa que repetiré el año si no hago algo al respecto. Yo
no tengo a alguien que me enseñe en casa, por lo que necesito tu ayuda
desesperadamente.
»Hinata, ¿podrías enseñarme lo que sabes sobre el control de
chakra, el Bunshin no Jutsu y el jutsu de transformación? —preguntó Naruto,
haciendo una señal de ruego hacia Hinata, colocando sus dos manos en posición
de oración y mostrando una expresión sincera en su rostro.
Hinata parpadeó y luego volvió a ruborizarse, agachando la
cabeza. Ella empezó a temblar, pero Naruto sonrió.
—Tranquila, esperaré aquí —dijo Naruto con una sonrisa
sincera.
—Sí —respondió Hinata en un susurro apenas audible después de
un minuto.
—¡Genial! —exclamó Naruto, levantándose de un salto.
Naruto señaló el rincón donde solía colocarse, debajo de un
árbol.
Era un buen lugar, tranquilo y despejado, porque era su
lugar, aunque él no tuviera ningún prestigio para tener un espacio privado en
el patio. Los padres de esos niños sabían que él tenía al Kyubi dentro de él y
les habían ordenado a sus hijos que no se acercaran ni le hablaran.
Hinata, siendo de corazón puro y sin prestar atención a su
despreciable padre, lo acompañó. Con el cuerpo tembloroso y el rostro
sonrojado, comenzó su clase explicando primero el control del chakra, los
sellos para el Bunshin no Jutsu y su ejecución, creando un clon ilusorio.
Al final del recreo, que duraba solo media hora y fue
cubierto completamente por la clase de Hinata, ya que la pobre tartamudeó la
mitad del tiempo, Naruto intentó replicar el jutsu, pero fue un fracaso. Hinata
lo miró con aprensión, pero Naruto le sonrió.
—Hinata, gracias. Lo he entendido, y es gracias a ti. Ahora
solo debo practicar. Cuando sea fuerte, prometo cumplir tu deseo y también
enfrentaré a los ancianos de tu clan para que te dejen en paz —aseguró Naruto,
dejando a Hinata aturdida y sorprendida—. Hinata, volvamos a clases —dijo
Naruto, avanzando primero.
…
Al volver a clases, todos los niños se burlaban el doble que
antes, mientras Naruto los observaba con curiosidad. En esta aldea, todos
sufrían de acoso escolar, y él se preguntaba si los adultos creían que eso
ayudaba a desarrollar el carácter.
Incluso los adultos eran víctimas de bullying; el padre de
Kakashi se había suicidado a causa de eso, por lo que este problema no era algo
insignificante.
...
Al terminar la clase, Naruto no regresó a su casa. Él se
quedó en la escuela, en el patio, debajo del árbol donde solía pasar el recreo,
observando a los demás niños jugar y practicar las habilidades que habían
aprendido, mientras hacían combates entre ellos.
Ahora era el atardecer y no había nadie más. Naruto estaba
sentado al pie del árbol, con las piernas cruzadas y los ojos cerrados. Algunos
profesores lo habían visto, pero él era considerado indeseable y no les
importó, así que fingieron no verlo y lo dejaron allí.
Naruto no estaba durmiendo, meditando ni aprendiendo nada en
ese momento. Él estaba explorando su propia mente, y lo hizo durante
aproximadamente una hora, hasta que se encontró en un túnel oscuro. Al final
del túnel, había una jaula gigantesca desde donde lo observaba una bestia zorro
de nueve colas, que ahora estaba agachada, mirándolo con sorpresa y asombro.
—¿Quién eres? —preguntó Kurama, el zorro de nueve colas, con
tono alarmado.
Naruto miró su reflejo en el suelo, que era un charco de
agua. Allí se reflejaba un niño de unos doce años, no muy alto, con ojos
azules, rasgos comunes, cabello rubio puntiagudo y un cuerpo atlético, que
llevaba puesto un horrible mono naranja con azul. Él era Naruto y se veía como
Naruto, pero el Kyubi detectó el cambio al momento.
—Interesante, realmente puedes sentir el aura y las
intenciones de los seres vivos —dijo Naruto. Kurama frunció el ceño—. Kurama,
tengo una propuesta para ti… —Kurama rugió y atacó, levantándose en un segundo
y blandiendo sus garras contra las barras de la jaula.
Naruto no se movió ni un centímetro, porque sabía que si él
moría, Kurama también moriría, por lo que este ataque era solo un engaño.
—¿Quién eres? —gruñó Kurama, cuya garra estaba a centímetros
de su rostro.
—Soy Naruto Uzumaki, y también alguien más que conoce tu
pasado y también parte del futuro de este mundo. Esa persona tiene una
propuesta para ti —dijo Naruto con calma. Kurama bajó su garra y lo miró a los
ojos.
—¿De qué trata la propuesta? —preguntó Kurama.
—Incluye tu libertad —respondió Naruto, y Kurama rugió en su
rostro.
—¡Descarado, eres tú quien me mantiene encerrado! —gruñó
Kurama con ira.
—Eso es falso, yo no te mantengo encerrado, acabo de
enterarme de tu existencia. Fuiste encerrado dentro de mí sin mi conocimiento.
Además, la forma en que han tratado a los de tu especie es repugnante, pero no
es mi responsabilidad, al igual que no eres responsable de las acciones de los
tuyos.
»Sin embargo, no puedo usar tu poder sin tu consentimiento,
ya que eso sería algo con lo que no estaría de acuerdo, considerando tu origen.
Por lo tanto, te propongo el siguiente trato.
»Me permitirás usar tu poder y, en un plazo máximo de diez
años, te liberaré, ya que soy un Uzumaki y sacarte de mi cuerpo no significará
mi muerte. Por otro lado, cuando te libere, lucharé junto a ti si alguien
intenta encerrarte nuevamente o controlarte.
»Esa es mi propuesta. Ahora debes decidir. ¿Miento? ¿Hay
alguna malicia en mis palabras? —preguntó Naruto.
—¿Qué harás si ataco esta aldea cuando sea liberado?
—preguntó Kurama.
—Tendré que detenerte. No te libero para que desates una
matanza. Te libero para que puedas vivir en paz y por tu propia cuenta. Si solo
hay venganza dentro de ti y no puedes vivir sin pensar en matar, entonces, ¿qué
sentido tiene que sigas existiendo? —preguntó Naruto.
—Ustedes nos han esclavizado, ¿acaso no podemos defendernos?
—gruñó Kurama.
—Defenderse no es lo mismo que matar a inocentes. En esta
aldea, hay ninjas que te atacarían al verte, pero la mayoría se mantendría a
distancia si no atacas. También es posible que alguien intente capturarte de
nuevo, ya que la ambición humana no tiene límites.
»Sin embargo, solo puedo prometerte que, para lograr ese
objetivo, primero tendrían que pasar por encima de mi cadáver. No puedo
prometerte más que eso —dijo Naruto con sinceridad. Kurama hizo una mueca y se
agazapó, cruzando las patas delanteras.
—Idiota, no eres un dios para hacer algo más que luchar hasta
tu muerte —dijo Kurama con desprecio—. Aceptaré tu trato, pero solo si
demuestras que tus palabras valen algo. No quiero perder mi tiempo con alguien
que ni siquiera sabe hacer una réplica —bufó Kurama, y Naruto no dijo nada más.
Él hizo un saludo respetuoso y abrió los ojos.
La semioscuridad ya había envuelto el patio de la escuela.
Naruto sonrió. Tener a Kurama de su lado era el primer paso. Liberarse de su
absurda resistencia convertiría a Naruto en un ninja sensor como nunca antes se
había visto. Y eso no era lo único que podría ofrecerle; también tendría un
chakra casi ilimitado, una fuerza sobrehumana, súperregeneración y la capacidad
de lanzar bijudamas.
Que Kurama lo apoyara significaría que obtendría el nivel
Kage con un solo movimiento. Sin embargo, Kurama dejó claro que no prestaría su
poder a un inútil, y Naruto estaba de acuerdo con eso, ya que no quería
depender del poder de Kurama y no lo necesitaba. Él podía convertirse en un
dios en este mundo por sí mismo, y tenía mejores posibilidades que Orochimaru y
Kabuto.
Naruto sabía cómo adquirir las habilidades más poderosas y los
jutsus más devastadores. En este mundo, él podría convertirse en un verdadero
Gary Stu; nadie aquí podría siquiera tocarlo.
Por todas estas razones y para empezar su camino hacia la
inmortalidad y omnipotencia en este mundo, el primer paso debía ser dominar el
jutsu más poderoso de todo este mundo: el Kage Bunshin no Jutsu, o jutsu de los
clones de sombra.
Para Naruto, en comparación con este jutsu, no había nada más
poderoso. El problema con este jutsu, era que él no lo conocía, ni sabía como
ejecutarlo, porque era un jutsu de nivel jounin, muy lejos de su actual
alcance.
Naruto sabía que una versión de este jutsu estaba en el
pergamino de sellos, pero ese pergamino no estaría a su alcance, porque como no
pensaba fallar en su examen y obtener la reputación de ser un ninja mediocre, Mizuki
no se acercaría a él para proponerle el robo del pergamino de sellos.
Eso significaba que él tendría que aprender el jutsu clones
de sombra de Kakashi, que tenía la versión nerfeada, que limitaba el número de
clones, y luego, él mismo, liberar esos límites.
De ser el antiguo Naruto, él ya estaría perdido en este
punto, y no había forma en que pudiera hacerlo, pero ahora él tenía plena
confianza en su propia inteligencia.
En cuanto a cómo conseguiría que Kakashi, uno de los amantes
del Emo Vengador, le enseñara un jutsu de nivel jounin, él tendría que
demostrarle algo de talento, y para hacer eso, debía dominar los jutsus
básicos, y el control de chakra.
Kakashi también debía conocer su verdadero origen, y si no
aceptaba a la primera, usaría eso como palanca. Como último recurso, estaba
Jiraiya, pero ese no llegaría hasta mucho tiempo después, por lo que él debía
tratar de convencer a Kakashi, y Naruto decidió tomarse en serio su
entrenamiento básico.
Primero, Naruto practicó los sellos de mano durante media
hora sin cometer ni un solo error. Luego, se concentró en la circulación de su
chakra, que era lo que le causaba mayores problemas…
—Hmmm… —carraspeó Naruto.
—¿Qué quieres? —preguntó Kurama.
—Tu chakra está dificultando mi entrenamiento. Está bien que
no me ayudes, pero tampoco aceptaré que pongas obstáculos en mi camino. No
tengo tiempo para ellos, al menos por ahora —dijo Naruto en su mente.
Kurama gruñó, pero su chakra, que antes circulaba de forma
desordenada por su cuerpo, dejó de resistirse y comenzó a fluir en su propio
camino.
Kurama no podía evitar que sus chakras se mezclaran, ya que
el sello de ocho trigramas absorbía su chakra y lo ponía a disposición de
Naruto. Sin embargo, Kurama podía resistirse a que su chakra obedeciera y hasta
intentar tomar el control del cuerpo de Naruto si este usaba demasiado de su
chakra, especialmente cuando utilizaba el poder del Kiuby y se envolvía en él.
Esto dejó de suceder cuando Naruto y Kurama llegaron a un entendimiento, por lo
que el Naruto actual sabía que era posible.
—Gracias —dijo Naruto. Kurama no respondió.
Naruto no insistió y siguió practicando el control de su
chakra, haciéndolo circular por su cuerpo con una facilidad sorprendente, ahora
que Kurama no estaba saboteando sus esfuerzos.
…
Una hora después de comenzar su práctica de sellos y control
de chakra, Naruto se levantó y en la oscuridad realizó el Bunshin no Jutsu,
ejecutando los sellos sin ningún error y con el flujo de chakra correcto. Así,
ocho réplicas ilusorias aparecieron a su alrededor. Eran réplicas perfectas, aunque
solo eran ilusiones.
Naruto no se detuvo allí, porque todavía faltaba el jutsu de
transformación, y ese si le sería muy útil, por lo que siguió creando réplicas
y también practicando el jutsu de transformación para seguir mejorando su
control de chakra.
Con sus enormes reservas de chakra, él pudo entrenar por
media noche sin ningún problema, y combinado a que Kurama le estaba ayudando al
suprimir su propio chakra, él pudo obtener grandes mejoras.
...
En la mañana, Naruto se levantó con la salida del sol,
sintiéndose algo sudado, pero como su cuerpo aún era joven, no olía mal. Aun
así, él se apresuró a darse un baño. Luego revisó su billetera y esbozó una
sonrisa maligna. Con el jutsu de transformación aprendido, era hora de saldar
algunas deudas.
Naruto decidió tomarse el día libre y visitar la mayoría de
las tiendas del pueblo, donde todos fueron extremadamente amables con él,
ofreciéndole grandes descuentos de al menos un noventa por ciento. En la
mayoría de los casos, él decidió llevar todo a crédito, prometiendo pagar en
cuanto pudiera.
Naruto compró alimentos como arroz, carne, verduras,
condimentos y aliños. Luego adquirió equipo ninja, como shurikens, kunais,
pesas para su entrenamiento y pergaminos de sellos explosivos. Por último,
compró cuatro conjuntos de ropa nueva y al final del día todavía le quedaba la
mitad de su dinero.
En la tarde y hasta media noche, Naruto continuó practicando
su control de chakra, aprendiendo a caminar por las paredes por su propia
cuenta, y a realizar el Bunshin no Jutsu y el de transformación sin ningún
problema.
Según sus recuerdos, en el país de las olas, a él le tomó
días tener el control de chakra suficiente para caminar por los árboles, pero
ahora lo había hecho en una tarde. Como él pensó, sin Kurama saboteando su
flujo de chakra, o al menos haciendo lo posible por no entorpecerlo, y con
todos los conocimientos que había adquirido, su comprensión había dado un gran
paso. Naruto no tenía el control de chakra de Sakura, ni el talento de Sasuke,
pero tampoco era un inútil.
Al día siguiente, Naruto volvió a la escuela, porque era el
día del examen final, y él no pensaba fallar en aprobarlo.
Ese día fueron las pruebas y cuando le tocó el turno a
Naruto, avanzó y creó dos réplicas. Hiruka y Misuki lo miraron sorprendidos,
pero después de unos segundos se recuperaron y le pidieron que realizara el
jutsu de transformación.
Naruto se convirtió en una copia perfecta del tercer Hokage y
así aprobó el examen preliminar de genin. Su examen final estaría a cargo de Kakashi.
—¡Ánimo, Hinata! —animó Naruto cuando llegó el turno de
Hinata.
—¡Naruto, guarda silencio! —reprendió el sensei Iruka.
Naruto asintió y le levantó el pulgar a Hinata, quien se
ruborizó y asintió. Ella creó tres clones e imitó a otra de las chicas del
salón, pasando la prueba con facilidad.
…
—Hinata, por favor, espera —dijo Naruto cuando salían del
salón. Él se apartó del grupo de niños que salían y Hinata lo siguió. Naruto le
hizo un saludo formal con una reverencia.
—Hinata, en agradecimiento por haberme ayudado, quisiera
invitarte a comer ramen, que es mi plato favorito —dijo Naruto mientras hacía
la reverencia.
Hinata quedó sorprendida y paralizada por unos segundos,
luego se apresuró a negar con la cabeza.
—No, Naruto, ¡no deberían vernos juntos! —dijo Hinata con
tono alarmado. Luego se tapó la boca y lo miró con aprensión.
—Hinata, ¿eso es lo que piensas? —preguntó Naruto con
seriedad.
—¡No! —exclamó Hinata—. Pero… —Naruto sonrió para
interrumpirla.
—Entonces lo demás no importa, siempre y cuando estés de
acuerdo. Cualquier otra opinión es insignificante para mí. No me importa si son
mocosos que no temen a la muerte o algún padre gruñón de ojos blancos —aseguró
Naruto, mirando con frialdad a los chismosos que se habían quedado atrás para
escuchar su conversación.
Hinata se sobresaltó al comprender que con la última parte se
refería a su padre.
—¡Hinata, vamos! —sentenció Naruto, tomando la delantera sin
aceptar un no por respuesta. Hinata lo siguió, mirando nerviosamente a su
alrededor.
Naruto la llevó a comer ramen, y Hinata parpadeo, como si
fuera la primera vez que viera ese tipo de comida, pero la comió sin ningún
problema.
…
—Bien, ahora te llevaré a casa —sentenció Naruto después de
comer.
Hinata se puso pálida y, acto seguido, corrió sin mirar
atrás. Naruto negó con la cabeza y regresó a su casa para cocinar y dejar
comida lista para cuando terminara su entrenamiento nocturno.
Lo que Naruto no esperaba, era que esa tarde, al llegar a
casa, se encontró con Mizuki, quien le pidió que robara el pergamino de sellos.
Mizuki le dijo que al hacerlo, recibiría un reconocimiento
especial en su ceremonia de graduación al día siguiente. Era una excusa
patética, y solo el antiguo Naruto que era un ingenuo, caería en sus
manipulaciones. Sin embargo, el Naruto actual estaba emocionado ante la
propuesta, porque esto significaba que no tendría que pedirle ayuda a Kakashi, y
su emoción no era fingida, cuando miró a Mizuki a los ojos y le pidió los
detalles del plan.
…
Naruto se llevó el pergamino de sellos de la oficina del
Hokage por petición de Mizuki.
Naruto pensaba que Mizuki no haría tonterías, ya que él había
aprobado el examen, pero parecía que no tenía nada que ver con aprobar.
Mizuki creía que Naruto era un idiota y que, al ser el niño
al que todos odiaban, podría manipularlo fácilmente ofreciéndole
reconocimiento. Por supuesto, Naruto corrió a robar el pergamino, distrayendo
al Hokage, quien colaboró fingiendo ser ingenuo. En el camino, Naruto leyó el
pergamino.
A Naruto solo le interesaba el Kage Bunshin no Jutsu, pero al
abrir el pergamino mientras corría, vio el siguiente jutsu, que era un sello,
el sello de los ocho trigramas, el mismo sello que usaron para sellar al Kyubi
en su interior. Él no podía dejar pasar ese sello, por lo que haría lo posible
para aprenderlo, y ya tenia un plan sobre cómo hacerlo, pero primero debía
aprender el Kage Bunshin no Jutsu, que era lo más importante.
Dado que su tiempo era limitado, Naruto no examinó
detenidamente el contenido del pergamino. Él tampoco intentó hacer una copia,
pues en ese momento, el hokage dejaría de tomarse este asunto como un juego y
vendría por él, en vez de limitarse a ver cómo se resolvía
…
Al llegar al bosque y ocultarse, Naruto ya estaba
comprendiendo lo básico del Kage Bunshin no Jutsu.
La ejecución no era un problema con este jutsu, el problema
era la cantidad de chakra que consumía, porque dividía el chakra del usuario, y
si esto no se controlaba, hasta un ninja de nivel kage moriría de agotamiento.
Por supuesto, esto solo era teoría, ningún ninja de nivel kage moriría al usar
este jutsu, porque el número de clones podía ser controlado, desde uno, hasta
miles, y un kage tendría suficiente control de su chakra, para que tal cosa no
pasara, esta advertencia era solo para novatos.
La verdadera razón de que este jutsu no fuera usado, era su
enorme desperdicio de chakra. Ningún ninja iba a entregar la mitad de su chakra
para crear un clon, que después de recibir una herida desapareciera, nadie
estaba tan loco, eso sería regalar la victoria, porque reducía las
posibilidades de ganar a la mitad desde un principio.
A Naruto no le importaba esta debilidad, y apenas un par de
horas después había creado doscientos clones, y no se sentía en lo absoluto
cansado, solo sonreía de oreja a oreja, y abría más el pergamino, para ver el
sello de los ocho trigramas.
Los clones que había creado se acercaron, y al menos veinte
de ellos leyeron el pergamino, mientras Naruto sacaba pergaminos explosivos, y
empezaba a armar algunas trampas por el lugar.
Naruto sabía que él solo no tenía tiempo de aprender el sello
de ocho trigramas, y ni siquiera comprendía las instrucciones para realizarlo
en su totalidad. Había muchas cosas que no entendía, él simplemente no tenía
los conocimientos necesarios. Por esto, él determinó que cada clon se
aprendería una pequeña parte, grabándolo en su memoria con lujo de detalles, y
en el futuro cuando tuviese los conocimientos apropiados, entonces él sello
tendría sentido.
…
Naruto terminó de instalar los sellos explosivos por el lugar
para esperar a que Mizuki viniera a reclamar su premio. Él no tenía intención
de perder tiempo peleando, pues cada uno de sus clones estaría ocupado en
forzar su maltrecho cerebro al máximo, porque el sello de ocho trigramas era
demasiado importante para que algo saliera mal en su aprendizaje.
Naruto pensó que no tendría mucho tiempo para aprender, ya
que en sus recuerdos todo pasó en un abrir y cerrar de ojos, pero en el bosque
ya había llegado la noche, y cada clon ya había aprendido su parte, pero aún no
había llegado nadie.
…
—Sensei, estoy estudiando, por favor no me interrumpa —dijo
Naruto al ver aparecer a Iruka, quien miraba atónito a cien clones que estaban de
guardia.
Un par de minutos después, llegó Mizuki y, al ver a sus
clones, se tensó y trató de dar la vuelta, pero antes de que pudiera hacer
algo, un pergamino explosivo estalló a sus pies y cayó ante Iruka como un perro
muerto, echando humo por todas partes.
—Sensei, no se preocupe, esta es una misión secreta para
capturar al traidor Mizuki. El pergamino de sellos solo era un señuelo. Por
favor, espere un momento mientras me aseguro de que el pergamino no haya
sufrido daños. Luego llevaremos a este tipo ante el Hokage para que rinda
cuentas —explicó Naruto sin dejar de leer todo lo que podía.
—¿Sensei, qué está haciendo? Aún no he terminado de verificar
si el pergamino ha sufrido daños. Debo examinarlo minuciosamente —se quejó
Naruto, mientras Iruka le quitaba el pergamino y lo envolvía con una mirada
amenazante.
—¡Naruto, no seas descarado, el pergamino siempre estuvo en
tus manos! —reprendió Iruka sensei con enojo, mientras terminaba de envolver el
pergamino.
Naruto solo pudo suspirar, al igual que los clones, que
deshicieron el jutsu para que el Naruto original recibiera los conocimientos.
Luego, Naruto se encargó de arrastrar a un humeante Mizuki de vuelta a la
aldea.
Naruto estaba a salvo, ya que Mizuki era un profesor y, en
teoría, hasta que no fuera entregado a su próximo instructor, que sería un
jōnin, él seguía siendo su alumno y debía obedecerlo. Por eso, robar el
pergamino era una oportunidad que él no podía desperdiciar.
NA 1: Este es un fic que ya estaba escrito y publicado, pero
tenía un «error grave» en el argumento, del que muchos se quejaron, y la traducción
estaba hecha con google, por lo que era muy mala. Por todo esto, esta parte será
la que más tiempo me tome subir de nuevo, al menos esta primera parte, las
demás solo necesitan una mejor traducción, y después que termine de corregir
esta parte, las otras las subiré más rápido.
NA 2: Naruto Xion es la primera parte de la saga Xion, que es
un compendio de varios Fanfic que escribí, con el mismo MC. La saga comienza
con Naruto, sigue con Stargate, luego ATG, y luego Star Wars, Warhamer, Inuyasha... Etc... Etc
NA 3: Naruto no es mi personaje favorito del anime, demasiado
gritón y bocazas para mi gusto, por eso lo escogí para este fic. Ya estoy escribiendo
un fic del mundo ninja, pero con Neji, él es más de mi estilo, y su muerte me
dejó un mal sabor de boca, que me arruinó el final del anime. Que Naruto al
final resultara ser otro elegido, y tuviera hasta un Kekkei Genkai propio, después
de llenarse la boca diciendo que su fuerza era producto del esfuerzo y trabajo
duro, también me hizo enfadar, por lo que no escribiré mi fic principal sobre
Naruto, y menos sobre Sasuke, que está aún más OP que el mismo Naruto.