El Expreso Astral se deslizaba suavemente por la corriente estelar, rodeado de la vasta inmensidad del espacio. Desde la ventana, Aleph observaba las estrellas parpadear a lo lejos, su reflejo proyectándose sobre el cristal.
Era un silencio tranquilo, casi extraño después de todo lo que había pasado en Jarillo-VI.
Por primera vez en días, no había batallas. No había planes que trazar ni enemigos que enfrentar.
Solo… paz.
Aleph apoyó la cabeza en su mano, con la mirada perdida.
"Si tan solo pudiera acostumbrarme a esto..."
El sonido de pasos lo sacó de sus pensamientos.
"¿Qué haces aquí solo?"
Stelle apareció a su lado, con una bolsa de snacks en una mano y una botella en la otra. Se dejó caer en el asiento junto a él y comenzó a comer tranquilamente.
Aleph la miró con una ceja levantada.
"¿No deberías estar con 7 de Marzo jugando videojuegos?"
"Me hecho luego de que acabaramos 20-0 en Brutal Combat." Respondió Stelle, encogiéndose de hombros. "Dan Heng esta buscando información y Pom-Pom está revisando la limpieza. Welt y Himeko dijeron que tenían cosas que discutir."
Aleph asintió lentamente.
"Entonces ahora solo quedamos los dos."
Stelle le ofreció la bolsa de snacks.
"¿Quieres?"
Aleph tomó un puñado sin dudar.
"No está mal."
Se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad del vagón.
"¿Te acostumbraste a estar aquí?" Preguntó Stelle de repente.
Aleph parpadeó.
"¿Aquí en el Expreso Astral?"
"Sí."
Aleph apoyó la cabeza contra el respaldo del asiento, pensativo.
"Supongo que sí. Aunque, no voy a mentir, al principio me sentía un poco fuera de lugar."
Stelle asintió lentamente.
"Lo entiendo. Mis primeros días tampoco fueron fáciles."
"Lo se, 7 de Marzo me contó a lujo de detalles la mayoría de lo que pasó ¿Como te las arreglaste para entrar en los ductos de ventilación?"
"... Secreto comercial."
Antes de que pudieran continuar la conversación, el comunicador del tren emitió un sonido.
"¡Atención, pasajeros del Expreso Astral! Pom-Pom solicita su presencia en la sala de juntas. ¡Rápido, rápido!"
Stelle suspiró y se levantó de su asiento.
"Hora de trabajar."
Aleph se estiró antes de ponerse de pie.
Juntos, caminaron hacia la sala de reuniones.
.....
El grupo llegó a la sala de reuniones del Expreso Astral, donde Pom-Pom los esperaba.
Himeko y Welt ya estaban allí, revisando algunos documentos en sus terminales.
Pom-Pom dio un par de saltos sobre la mesa para llamar su atención.
"¡Espero que no estén holgazaneando!"
7 de Marzo cruzó los brazos con una sonrisa burlona.
"Vamos, Pom-Pom, ¿acaso alguna vez te hemos dado razones para pensar eso?"
El pequeño regente del tren la miró fijamente.
"Sí."
7 de Marzo puso cara de indignación, pero antes de que pudiera protestar, Himeko levantó la voz.
"Muy bien, escuchen todos. Nuestro próximo destino será la Estación Espacial Herta."
Stelle inclinó la cabeza.
"¿Por qué? Acaso hay algo importante."
"Exacto." Confirmó Welt, ajustando sus lentes. "Hay algunas situaciones que requieren nuestra presencia allí."
Aleph arqueó una ceja.
"Déjame adivinar… ¿otro problema con un Stellaron?"
Himeko negó con la cabeza.
"Nada de eso. Esta vez, es solo una visita de rutina. Solo queremos estar seguros de que tu situación es estable, y también Herta desea compararte a ti y a Stelle para ver qué tan diferentes son y como reaccióonan sus cuerpos."
"... Eso... ¿me van a abrir en una mesa de operaciones?" Aleph puso una expresión un tanto preocupada mientras el sudor le goteaba por la frente.
Himeko se río un poco.
"No, solo te harán unos exámenes similares a los que te hicimos. La diferencia es que los que te harán serán hechos de manera más profesional y exhaustiva."
Aleph solto un suspiro de alivio.
Dan Heng, que había permanecido en silencio hasta ahora, miró a Aleph con seriedad.
"Antes de llegar allí, hay algo que quiero preguntarte."
Aleph lo miró con curiosidad.
"¿Qué cosa?"
Dan Heng cruzó los brazos.
"He estado comprobando las bases de datos del Expreso Astral, y hasta el momento sólo he encontrado seres similares, pero ni una sola coincidencia con eso que invocaste durante la pelea con Cocolia."
El silencio se instaló en la sala.
Welt y Himeko desviaron su atención hacia Aleph, interesados en su respuesta.
Aleph suspiró y se apoyó en la mesa.
"Sabía que eventualmente alguien preguntaría sobre eso. Por suerte ya tengo una forma explicarselos."
7 de Marzo se inclinó hacia adelante con interés.
"Sí, sí, cuéntanos. No todos los días alguien invoca criaturas extrañas de la nada."
Aleph miró a Burroughs.
"Llámalo."
[A la orden.]
Un destello azul iluminó la sala y, en un instante, Centauro apareció ante ellos.
Dan Heng y 7 de Marzo se tensaron instintivamente.
Himeko observó con calma, mientras Welt estudiaba al demonio con interés.
Centauro miró a su alrededor y luego fijó sus ojos en el grupo.
"Así que finalmente desean respuestas" dijo con su voz profunda y resonante.
Aleph hizo un gesto con la mano.
"Por favor explicales lo que tu y Nappea son." Habían pasado toda la noche ensayando era hora de ver cuan capaz era su demonio para apoyar a su maestro.
Centauro asintió.
"Mis semejantes y yo somos entidades de una dimensión diferente a esta. Somos guerreros, sabios y guardianes, dependiendo de a quién se nos asigne. En el caso de mi maestro, nuestra existencia está ligada a su voluntad y su poder mediante un contrato ancestral entre nuestra especie y la humanidad del planeta original de nuestro maestro."
Dan Heng entrecerró los ojos.
"¿Eso significa que siempre han estado con él?"
Centauro negó con la cabeza.
"No. Solo cuando él lo permite. Somos convocados según sus necesidades y deseos."
7 de Marzo frunció el ceño.
"Entonces, ¿no son como los fragmentums ni criaturas del Stellaron?"
"No." respondió Centauro con firmeza. "Si bien puede que si existan entre nuestra raza aquellos que persigan una meta similar, pero la mayoría de nosotros somos diferentes y tan variados en especies, y personalidad como cualquier otro ser pensante. ¿Esa respuesta la satisface, Señorita de Rosa?"
Himeko tocó su taza de café, pensativa.
"Es curioso… Ustedes no parecen entidades caóticas ni violentas."
Centauro sonrió levemente.
"En eso tengo que diferir con usted. Nosotros los demonios tenemos un anhelo natural por la batalla y el conflicto. Aunque una vez que tengamos un maestro lo seguiremos y lucharemos para él independientemente de eso."
Aleph chasqueó los dedos. Centauro se inclinó cortésmente antes de desvanecerse con un destello.
"¿Que les pareció?"
Dan Heng permaneció en silencio por un momento antes de asentir.
"Interesante."
7 de Marzo infló las mejillas.
"¡Eso fue muy vago!"
Aleph se encogió de hombros.
"Si te dijera más, tendría que matarte."
7 de Marzo rodó los ojos.
"Muy gracioso, anciano."
Pom-Pom dio un par de saltos más en la mesa.
"¡Bien, bien! Si ya terminaron con el misterio, prepárense. Pronto llegaremos a la Estación Espacial Herta."
Himeko se puso de pie y miró a Welt.
"Nosotros nos reuniremos con Herta en cuanto aterricemos."
Dan Heng asintió.
"Yo tengo cosas que hacer."
En un abrir y cerrar de ojos, desapareció de la habitación.
7 de Marzo suspiró.
"Voy a revisar las nuevas cámaras. ¡Tal vez esta vez pueda tomar una foto de Stelle sin que parezca que va a asesinarme!"
"Suerte con eso." dijo Aleph con una sonrisa burlona.
Y así, todos comenzaron a dispersarse.
Poco después, Stelle recibió un mensaje en su comunicador.
Era de Asta.
[Asta: "Hola, Stelle. Estamos ocupados preparando todo para la llegada de Tornelium y Ruan Mei. Hay algunas cosas que deben moverse a los almacenes, pero todo el personal está ocupado. ¿Podrías ayudarme con eso?"]
Stelle mostró el mensaje a Aleph.
"Voy a ayudar a Asta."
Aleph miró la pantalla y luego sonrió.
"¿Quieres que te dé una mano?"
Stelle asintió sin dudarlo.
"Mm."
Y con eso, los dos partieron hacia la ubicación que Asta les dio.
.....
El ambiente en la Estación Espacial Herta era más bullicioso de lo habitual. Técnicos y miembros del personal corrían de un lado a otro, ajustando equipos, verificando datos y asegurándose de que todo estuviera en orden antes de la llegada de los miembros del Consejo de Genios.
Aleph y Stelle caminaron a paso relajado por los pasillos metálicos en dirección a los almacenes. Asta les había proporcionado acceso a través de sus dispositivos, por lo que no tuvieron problemas en ingresar.
El interior del almacén era enorme, con filas interminables de estanterías metálicas llenas de cajas, contenedores sellados y maquinaria almacenada. La iluminación era tenue, lo que daba al lugar un aire un tanto misterioso.
Stelle miró a su alrededor con curiosidad.
"Huh… No pensé que la Estación Herta tuviera tantas cosas acumuladas."
Aleph asintió.
"Sí. Esto parece más un depósito de chatarra que un almacén."
Siguieron caminando mientras buscaban los materiales que debían mover. Sin embargo, algo al fondo del almacén llamó su atención.
Entre montones de cajas apiladas y cubiertas de polvo, había una estructura metálica circular con cables desconectados y una consola de control dañada.
Su diseño era diferente a cualquier otra cosa en la habitación.
Aleph levantó una ceja.
"…¿Qué demonios es eso?"
Stelle se acercó y golpeó suavemente la estructura con el dedo.
"No lo sé. Pero parece importante."
Aleph hizo que Burroughs proyectará la pantalla del chat grupal y subio la foto que tomó.
"Vamos a preguntarle a Asta."
Le envió el mensaje con la imagen adjunta. No tardó mucho en recibir una respuesta.
[Asta: "¡Oh! Eso es un portal dimensional experimental que Herta nunca probó."]
Aleph y Stelle se quedaron en silencio.
Finalmente, Aleph tecleó una respuesta.
[Aleph: "¿Qué?"]
[Asta: "Sí, Herta lo diseñó después de ver una película de ciencia ficción. Pero se aburrió antes de terminarlo, así que lo dejó incompleto y nunca lo activó. Se supone que debería conectar con otras dimensiones, pero como nunca fue probado, no sabemos qué haría exactamente."]
Aleph miró la máquina con renovado interés.
"Así que esto es un portal dimensional, ¿eh?"
Stelle inclinó la cabeza.
"Huh. Suena peligroso."
"Sí…" Aleph cruzó los brazos. "Pero también suena interesante."
Stelle asintió, los ojos de ambos brillaron mientras miraban el aparato.
"Mm."
A pesar de su curiosidad, ninguno de los dos intentó tocar la máquina.
Sabían que no debían jugar con algo que ni siquiera Herta había probado.
Además... Himeko podría enojarse si se entera que causaron un desastre.
...
Después de terminar de mover las cajas que Asta les había pedido, Stelle encontró una pelota entre los objetos almacenados.
La levantó con curiosidad.
Aleph la miró y sonrió.
"¿Qué? ¿Tienes ganas de jugar?"
Stelle asintió con entusiasmo.
"Mm."
"Bueno, ¿por qué no? No todos los días tenemos tiempo libre."
Y así, los dos comenzaron a pasarse la pelota dentro del almacén.
Al principio, lo hicieron con suavidad, pero poco a poco el juego se intensificó.
Aleph lanzó la pelota con un poco más de fuerza.
Stelle la atrapó sin problemas y le devolvió el pase con el doble de potencia.
Aleph saltó para atraparla, pero al caer resbaló levemente y tropezó con una caja cercana.
"¡Oh, mierda!"
Stelle intentó detener la pelota, pero en el proceso también tropezó…
…Y cayó directamente sobre la consola de control del portal dimensional.
Un sonido mecánico se activó de repente.
La pantalla de la consola, que antes estaba muerta, se encendió con luces rojas y advertencias de emergencia.
Aleph parpadeó con una expresión un tanto tonta.
"…Oh, no."
Stelle se quedó en el suelo, mirando la consola con una expresión inexpresiva.
Por alguna razón Aleph creyó verla haciendo un puchero.
Un zumbido comenzó a llenar el aire.
La estructura metálica del portal emitió un brillo púrpura, y la energía en su interior comenzó a girar en espiral.
El sonido creció en intensidad.
Aleph y Stelle se miraron.
Luego, miraron el portal activándose frente a ellos.
Luego, volvieron a mirarse.
"…Nos jodimos." dijo Aleph con resignación.
Stelle asintió lentamente.
"Mm."
El aire en la habitación comenzó a distorsionarse.
Aleph intentó correr hacia la consola para apagarla, pero antes de que pudiera tocarla, una fuerza gravitacional lo jaló con violencia hacia el portal.
"¡Oh, vamos!"
Stelle también fue absorbida sin poder reaccionar.
Y en un instante…
El almacén quedó en silencio.
El portal se apagó abruptamente, como si nunca hubiera estado encendido.
...
Momentos después, Asta revisó su comunicador y frunció el ceño.
[Asta: "¿Aleph? ¿Stelle? ¿Siguen allí?"]
Pero no obtuvo respuesta.
Porque ellos ya no estaban en la Estación Espacial Herta.
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Omake: La Pervertida de Armario
Acto 1: El Despertar del Deseo Prohibido
Todo comenzó con una simple escena. Algo cotidiano. Algo que los demás consideraban completamente normal… pero para Firefly… ese fue el inicio de su descenso al abismo.
...
Firefly nunca había sido alguien fácilmente impresionable.
Había pasado por demasiado como para dejarse llevar por tonterías.
La guerra, el caos, la destrucción… nada de eso la había quebrado.
Pero esto…
Esto la estaba matando.
.....
El Expreso Astral flotaba tranquilamente en el vacío del cosmos, surcando las estrellas en su eterno viaje.
Todo era paz y armonía…
Hasta que Firefly lo vio.
En la sala común, sentados en uno de los sofás, estaban Aleph y Stelle.
La escena, en teoría, no tenía nada de raro.
Pero entonces…
Stelle, con un rostro inexpresivo, se estiró, dio un leve bostezo y sin decir nada…
Se sentó en el regazo de Aleph.
Y él, con toda la naturalidad del mundo, la abrazó con un solo brazo y siguió con lo que estaba haciendo.
Firefly parpadeó lentamente.
…¿Qué?
Lo que acababa de ver…
Eso… eso no era normal, ¿cierto?
Ella volvió a mirar, esperando haber imaginado las cosas.
Pero no.
Ahí estaban.
Stelle recostada en el pecho de Aleph, con los ojos medio cerrados, mientras él, con una mano, le daba suaves palmaditas en la cabeza.
En su otra mano sostenía un libro… el cual claramente no estaba leyendo en lo absoluto.
Firefly sintió que algo dentro de su cerebro hacía corto circuito.
....
La voz de Himeko sonó a su lado.
"Ah, eso. Es normal."
Firefly se giró lentamente.
"…¿Qué?"
"Aleph y Stelle son así." dijo Himeko con calma, como si hablara del clima. "Se acurrucan todo el tiempo. 7 de Marzo a veces dice que parecen una mezcla de gato y mapache."
Firefly seguía sin procesarlo.
"Pero… pero… ¿por qué?"
"No sé. Supongo que se sienten cómodos así." respondió Himeko mientras tomaba un sorbo de café. "A estas alturas, nadie se molesta en cuestionarlo."
Firefly los miró de nuevo.
Aleph bostezó y se acomodó un poco en el sofá, asegurándose de que Stelle estuviera bien acomodada.
Stelle murmuró algo inaudible y se acurrucó más en su pecho.
Firefly se cubrió la boca con una mano.
Esto no estaba bien.
Esto…
Esto era demasiado dulce.
Pero no en un sentido tierno…
No.
Era dulce de una forma peligrosamente seductora.
.....
Firefly trago saliva.
Himeko la miró con curiosidad.
"¿Ocurre algo, Firefly?"
Firefly sintió que un sudor frío le recorría la espalda.
"No… no es nada."
No podía dejar que nadie supiera lo que pasaba en su mente.
Porque si ellos supieran lo que estaba empezando a pensar…
…la verían como una completa degenerada.
*************
Y así… el primer disparador de Firefly había sido activado.
Ella aún no lo sabía, pero…
Este solo era el inicio de su descenso.
Acto 2 - Pensamientos Impuros
Una mente pura es como un lago tranquilo… pero una vez que una sola piedra cae en su superficie, las ondas se propagan sin control. Firefly aún no lo sabía… pero su lago estaba a punto de volverse un maldito tsunami.
....
Firefly intentó olvidarlo.
Realmente lo intentó.
Pero la imagen seguía en su cabeza.
Stelle acurrucada en el pecho de Aleph…
Aleph acariciándole la cabeza con calma…
Ambos respirando en sincronía como si eso fuera lo más natural del mundo.
Cada vez que cerraba los ojos…
¡Allí estaba otra vez!
Era como una escena sacada de una novela romántica.
¡Pero eran hermanos! ¡¿No era eso incesto?!
Firefly sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Pero entonces, una idea cruzó su mente.
…¿Y si en realidad no son hermanos?
Firefly se congeló.
No. No. NO.
Esa era una línea de pensamiento peligrosa.
¡Aleph y Stelle eran prácticamente idénticos en apariencia y bastante parecidos en actitud!
¿Como podrían parecerse tanto el uno al otro sin ser familia?
No había ninguna duda de eso.
¡No había forma de que existiera algo romántico entre ellos!
…¿Cierto?
Para despejarse la mente, Firefly decidió entrenar.
Nada mejor que desatar una ráfaga de fuego destructivo para olvidar pensamientos extraños.
Pero entonces…
Dan Heng pasó por el pasillo y vio su expresión tensa.
"Firefly. ¿Estás bien?"
Firefly casi se atraganta con su propia saliva.
"¡¿Qué?! ¡N-Nada!"
Dan Heng frunció el ceño.
"…Pareces perturbada."
Firefly tragó saliva.
¡Mierda! ¡Tenía que cambiar el tema rápido!
"E-Es solo… solo que vi algo raro hace un rato…"
Dan Heng arqueó una ceja.
"¿Algo raro?"
Firefly pensó rápido.
No podía decirle la verdad.
No podía decirle que su mente estaba llena de pensamientos impuros.
Así que…
"Sí… eh… vi a Stelle sentada en el regazo de Aleph… y…"
Dan Heng suspiró.
"¿Eso?"
Firefly parpadeó.
"¿Qué?"
Dan Heng se cruzó de brazos.
"Esa no es una escena inusual."
Firefly se quedó en blanco.
"…¿Perdón?"
Dan Heng asintió con calma.
"Se sientan juntos todo el tiempo. Stelle se acurruca en Aleph como si fuera su cama portátil."
Firefly sintió que su mundo se tambaleaba.
"¡¿Y a nadie le parece extraño?!"
Dan Heng parpadeó, confundido.
"…¿Por qué lo sería?"
Firefly sintió que la cabeza le daba vueltas.
¡¿Acaso era ella la única que veía lo incorrecto aquí?!
Sin saber qué hacer, huyó de la conversación.
Dan Heng la observó alejarse y frunció el ceño.
"Qué comportamiento tan extraño…"
Se encogió de hombros.
"Bueno, no es mi problema."
Y se fue a leer un libro, completamente ajeno al infierno mental que Firefly estaba atravesando.
*******
Firefly llegó a su habitación y cerró la puerta de golpe.
Apoyó la espalda contra la pared y respiró hondo.
¡Esto no era normal!
¡La gente no simplemente aceptaba esas cosas sin cuestionarlas!
Incluso siendo hermano y hermana... ¡Esas cosas no se hacían!
Pero entonces…
Otra imagen cruzó su mente.
Aleph y Stelle… pero esta vez… no era solo un abrazo casual.
No.
Era algo más.
Stelle mirándolo con sus ojos dorados, inexpresivos pero llenos de algo más profundo…
Aleph sonriendo con picardía mientras le susurraba algo al oído…
Y luego…
Firefly abrió los ojos de golpe.
"¡¿Qué demonios fue eso?!"
¡Eso fue demasiado específico!
¡Eso no era solo una imagen casual!
¡Eso era una maldita fantasía erótica!
¡Su propio cerebro la estaba traicionando!
Se llevó ambas manos a la cara, sintiendo que se estaba derritiendo de la vergüenza.
¿Desde cuándo había desarrollado estas tendencias degeneradas?!
¡Ella no era así!
¡Ella no pensaba en esas cosas!
¡Ella era una guerrera, por el amor de las estrellas!
Pero…
No podía negarlo.
Su mente había cruzado un límite peligroso.
Y lo peor…
Era que le había gustado.
Firefly se dejó caer en la cama, cubriéndose el rostro con una almohada.
"…Estoy condenada."
********
Y así, el segundo disparador había sido activado.
Firefly aún tenía la oportunidad de retroceder…
Pero no lo haría.
Porque su mente…
Ya estaba demasiado corrompida.
Acto 3: El Abismo
Toda persona tiene un límite. Un punto de no retorno donde la razón es sustituida por los deseos más primitivos… Firefly estaba a punto de cruzarlo sin darse cuenta.
...
Firefly intentó controlarse.
En serio, lo intentó.
Después del desastre mental en su habitación, decidió evitar a Aleph y Stelle.
¡Era la única manera de recuperar su cordura!
Pero el destino… tenía otros planes.
...
Día 1 – Evitar a Aleph y Stelle
Firefly entró en la cafetería del Expreso Astral, segura de que no los encontraría allí.
Pero apenas dio dos pasos…
Los vio.
Aleph estaba sentado tranquilamente en una mesa, sosteniendo un café.
Stelle, como si fuera lo más normal del mundo, estaba recostada con su cabeza en su regazo.
Y lo peor…
¡Estaban tan cómodos!
Aleph bebió su café con una mano mientras acariciaba la cabeza de Stelle con la otra.
Stelle soltó un sonido de satisfacción, como un gato perezoso disfrutando de una siesta.
Firefly sintió que su cerebro colapsaba una vez más.
¡¿Por qué nadie decía nada sobre esto?!
¡¿Como era posible que esta escena fuera tan común que nadie le prestará atención?!
Trató de darse la vuelta…
Pero entonces…
'Oh, Firefly, ¿necesitas algo?" Preguntó Aleph con su usual tono despreocupado.
Mierda.
Día 3 – Soportar la locura
Firefly estaba en el puente del Expreso Astral, respirando hondo para calmarse.
Pero entonces, 7 de Marzo apareció.
"¡Hey, Firefly! ¿Por qué pareces tan tensa?"
Firefly parpadeó rápidamente.
"¿Eh? N-No es nada…"
7 de Marzo la miró fijamente.
"Hmm… ¿Segura? Últimamente pareces más nerviosa de lo normal."
Firefly tragó saliva.
¡No podía confesarlo!
¡No podía admitir que su mente estaba llena de pensamientos impuros!
Pero entonces…
7 de Marzo soltó una bomba.
"Ah, ya sé qué pasa."
Firefly se puso rígida.
"¿Q-Qué?"
7 de Marzo se cruzó de brazos y suspiró.
"Seguro te quedaste atrapada en la maldición de Aleph y Stelle."
Firefly sintió un escalofrío.
"¿M-Maldición?"
7 de Marzo asintió con gravedad.
"Sí. Es una teoría que tengo. Cualquiera que pase demasiado tiempo con esos dos… eventualmente empieza a verlos de una manera diferente."
Firefly se congeló.
"…¿Cómo qué tipo de "manera diferente"?"
7 de Marzo suspiró dramáticamente.
"¿Sabes cuántas veces Welt me ha atrapado mirándolos fijamente mientras están en una de sus siestas? Y lo peor es que no soy la única. Si tan sólo pudiera conseguir que pasarán así para mi."
Firefly comenzó a sudar frío.
"…N-No puede ser."
7 de Marzo la miró con simpatía.
"Lo siento, Firefly. Pero ya estás atrapada. No hay escapatoria."
Firefly se tambaleó hacia atrás.
¡No podía ser cierto!
¡No podía aceptar esto!
¡Tenía que haber una manera de revertirlo!
Pero entonces…
Día 5 – Punto de quiebre
Firefly estaba decidida a recuperar su cordura.
No importaba qué pasara.
Pero…
…el destino la odiaba.
Porque esa fue la noche en la que…
Tuvo su primera fantasía completamente degenerada.
.....
Era un sueño.
Pero se sentía demasiado real.
Un trono.
Una sala dorada.
Ella, vestida con una túnica de fuego, sentada como una reina.
Y a sus lados…
Aleph y Stelle, arrodillados a sus pies, mirándola con devoción.
"Mi reina…" susurró Aleph, su voz profunda y seductora. Estaba semi desnudo, con sólo unos pantalones cortos y con un collar de cuero con una placa en el cuello.
"¿Qué deseas de nosotros?"
Firefly se estremeció.
"Lo que sea…" susurró Stelle, con una sonrisa misteriosa. Vestía algo que apenas podía llamarse ropa cubriendo incluso menos que un bikini.
Sus manos se movieron una en la nuca de Stelle otra en la de Aleph.
"Solo dilo, y cumpliremos tus órdenes…"
Firefly se despertó de golpe.
Respiraba rápido.
Su cara estaba roja como un tomate.
Y entonces…
Finalmente lo admitió.
"Estoy perdida."
***************
Acto 4: Fiebre
Cuando la mente cede ante los deseos más oscuros, no hay retorno. Solo queda la desesperación de saber que ya es demasiado tarde…
....
Firefly despertó sintiéndose diferente.
No era solo vergüenza.
No era solo culpa.
Era algo peor.
…Se sentía demasiado cómoda con esto.
.....
Día 7 – Aceptación
Firefly había aceptado su destino.
Ya no intentaba evitar a Aleph y Stelle.
De hecho…
Ahora los buscaba.
....
En la sala común del Expreso Astral, Aleph y Stelle estaban en su posición habitual.
Aleph recostado en el sofá, Stelle usando su regazo como almohada, ambos medio dormidos.
Firefly se sentó en un sillón cercano.
Simplemente… observándolos.
Pero esta vez…
No sentía culpa.
Solo un pequeño, diminuto pensamiento en su cabeza:
"¿Y si yo también…?"
Se estremeció.
Mierda.
.....
Día 10 – La derrota de la Razón
Firefly intentaba actuar normal.
Pero cada vez que veía a Aleph y Stelle…
Su mente creaba escenarios inapropiados por sí sola.
No importaba lo que hicieran.
Tomaban café juntos.
"Comparten el mismo vaso… qué íntimo."
Peleaban por una tontería.
"Dioses, parecen una pareja casada."
Aleph se quitó el abrigo porque hacía calor.
"…Espera, ¿siempre ha tenido ese físico? ¿Por qué no me di cuenta antes?"
Firefly se cubrió la cara.
"No puedo seguir así…"
Pero en el fondo, sabía que no podía detenerse.
...
Día 12 – La fantasía se vuelve realidad
Firefly estaba en el pasillo del Expreso Astral cuando escuchó una conversación.
"Oye, Stelle, ¿quieres dormir en mi habitación esta vez?" Preguntó Aleph con total naturalidad.
"¿Huh? Ah, seguro" Respondió Stelle, sin pensarlo demasiado.
Firefly se quedó completamente congelada.
Su cerebro procesó las palabras… y luego las reinterpretó de la peor manera posible.
"Dormir en su habitación."
"En su habitación."
"Juntos."
No.
No, no, no.
¡Tenía que estar malinterpretando!
¡Seguro era algo inocente!
…¿Cierto?
Pero entonces, oyó algo que la destruyó completamente.
"Pero si roncas, te echo del cuarto."
"Tú hablas dormido, Aleph."
"Sí, pero digo cosas geniales."
Firefly se tambaleó hasta apoyarse en la pared.
"…¿Por qué siento que mi mundo está cambiando?"
Su pecho latia con tanta fuerza.
...
Día 15 – El incidente final
Firefly había intentado resistir.
Pero el universo tenía otros planes.
....
Esa noche, se dirigía a la cafetería para tomar agua.
Pasó junto a la puerta de la habitación de Aleph.
Justo en ese momento…
Escuchó un sonido.
Un murmullo.
Y luego, una risa baja.
…¿Una voz femenina?
Firefly se quedó congelada.
Se le secó la garganta.
¿Era…?
…¿Stelle?
Acercó el oído a la puerta.
"Hey, no te muevas tanto."
"Es tu culpa, estás caliente."
"Ah, entonces admítelo, Stelle, disfrutas estar aquí."
"¡No hagas que me arrepienta!"
"Vamos, relájate…"
Firefly abrió los ojos como platos.
Su mente EXPLOTÓ.
¡¿Qué estaba pasando ahí dentro?!
¡¿Por qué sonaba tan… tan…?!
¡No!
¡SE NEGABA A CREERLO!
Se apartó de la puerta rápidamente, con la cara roja como un tomate.
Tenía que irse.
No podía escuchar más.
…Pero su cuerpo no se movía.
"Solo un poco más…"
"Solo un poco más, y sabré la verdad…"
Se llevó una mano a la boca.
Su respiración estaba descontrolada.
¿Qué demonios estaba haciendo?
¡Se estaba comportando como una…!
Como una pervertida.
Justo entonces, la puerta se abrió de golpe.
"Oh, Firefly, ¿qué haces aquí?"
Aleph la miró con curiosidad.
Stelle estaba detrás de él, despeinada y… ¿media dormida?
Firefly se quedó paralizada.
No pudo responder.
…Entonces, su mirada bajó ligeramente.
Aleph estaba sin camisa.
Y Stelle sólo tenía ensima una camisa demasiado grande para ella.
Firefly apagó su cerebro.
…Y cayó desmayada en el suelo.
************
Acto 5: La Caída de una Guerrera
Al final, no fue el fuego, ni la guerra, ni el destino lo que la destruyó… sino su propia mente degenerada.
...
Día 16 – La vergüenza
Firefly despertó en la enfermería del Expreso Astral.
Su cabeza latía.
Su cuerpo estaba cubierto de sudor frío.
Y lo peor…
Los recuerdos de la noche anterior la golpearon como un tren en llamas.
"…No."
No, no, no, NO.
Se llevó las manos al rostro.
"Me desmayé frente a Aleph y Stelle."
"Después de pensar… en esas cosas."
Firefly quería desaparecer.
Se giró lentamente, con la esperanza de estar sola…
Pero por supuesto, la vida no es tan piadosa.
Aleph estaba sentado junto a su cama, comiendo una manzana.
Al notar que despertó, le dedicó una sonrisa casual.
"Oh, mira quién volvió del más allá."
Firefly se congeló.
No.
Cualquier cosa, menos esto.
"Tuviste un colapso anoche." Continuó Aleph, masticando despreocupado. "Parecía que viste un fantasma."
"No un fantasma… algo mucho peor."
"Bueno, en todo caso, Stelle y yo te trajimos aquí."
Firefly sintió que le faltaba el aire.
"Stelle también lo vio."
"Me vieron desmayarme como una idiota."
"Ya no tengo dignidad."
"Por cierto…" Aleph inclinó la cabeza. "¿Qué estabas haciendo afuera de mi habitación a esa hora?"
BANG.
Firefly sintió como si su alma abandonara su cuerpo.
¡NO!
¡¿Por qué tenía que preguntar eso?!
¡¿Cómo se suponía que respondiera?!
¡No podía decir la verdad!
¡NO PODÍA!
"Uh… yo…" Firefly sintió su cerebro derretirse. "E-estaba… p-paseando…"
Aleph levantó una ceja.
"¿Paseando… a las dos de la mañana?"
"¡S-sí!"
"¿Frente a mi puerta?"
"…"
Firefly sintió que moría por dentro.
Aleph sospechaba.
¡No podía dejar que descubriera la verdad!
¡No podía saber que lo había estado planeando espiarlos mientras tenía pensamientos impuros!
"¿Seguro que no querías decirme algo?" Preguntó Aleph, aún con su sonrisa casual.
Firefly pestañeó rápidamente.
"¡No, no, nada! ¡Solo… cosas sin importancia!"
Aleph la miró fijamente por unos segundos.
Luego, encogió los hombros.
"Bueno, si tú lo dices."
Firefly exhaló con alivio.
¡Había esquivado la bala!
¡Era libre!
¡TODO ESTABA BIEN!
Pero entonces…
La puerta se abrió.
Y Stelle entró con una bandeja de comida.
Firefly volvió a entrar en pánico.
Stelle la miró directo a los ojos.
Luego miró a Aleph.
Y con la mayor naturalidad del mundo, soltó la bomba atómica.
"Hey, ¿ya le preguntaste por qué estaba espiándonos anoche?"
BANG.
Firefly casi sufre otro desmayo.
Aleph parpadeó.
"Eso justo estaba haciendo."
Stelle dejó la bandeja sobre la mesa.
"Ah. Bueno, la respuesta es obvia."
Aleph arqueó una ceja.
"¿Sí?"
Stelle sonrió.
"Es porque le gustamos."
Silencio.
Firefly quedó completamente inmóvil.
Aleph parpadeó lentamente.
"…¿Qué?"
Firefly quiso llorar.
¡Stelle, cállate!
"Vamos, es obvio." Continuó Stelle, bebiendo un poco de agua como si estuviera diciendo algo completamente normal. "Firefly nos ve juntos todo el tiempo. Probablemente le parecemos adorables."
Aleph frunció el ceño.
"¿Y eso qué tiene que ver con que nos espiara?"
Stelle se encogió de hombros.
"Tal vez quería saber qué hacíamos cuando estábamos solos."
Aleph la miró por un largo segundo.
Luego giró hacia Firefly.
"…Firefly."
Firefly estaba demasiado roja como para hablar.
Aleph parpadeó.
"Oh."
Stelle también miró a Firefly…
Y luego chasqueó los dedos como si acabara de darse cuenta de algo.
"¡Ohhh! Espera, ¿en serio?"
Firefly enterró su cara en la almohada.
Quería desaparecer.
Aleph rió.
"Oh, vaya. Bueno, supongo que nos tomas por un dúo encantador. Después de todo somos la Estrella del Mañana y el Bate Galáctico."
"... ¿Por qué eres nombrado antes qué yo?"
"Detalles."
Firefly quería gritar.
¡¿Por qué no paraban de hablar del tema?!
¡¿Por qué Stelle tenía que ser tan directa?!
¡¿Por qué Aleph lo estaba tomando con tanta calma?!
Stelle soltó una bomba aún más grande.
"Oye, Aleph."
"¿Qué?"
"Si Firefly nos ve de esa forma…"
Se acercó un poco a él con una sonrisa traviesa.
"¿Deberíamos darle algo de fanservice?"
Aleph parpadeó.
"¿Huh?"
Firefly sintió que su alma escapaba de su cuerpo.
¡¿Qué estaba diciendo Stelle?!
Pero antes de que alguien pudiera reaccionar…
Stelle se sentó en el regazo de Aleph.
Tomó su rostro y lo beso... O al menos así se veía desde el punto de vista de donde se encontraba Firefly
.....
Con total naturalidad.
Firefly dejó de respirar.
Aleph solo suspiró. Pero no pudo ocultar el brillo juguetón en sus ojos.
"…Stelle, ya hemos hablado de esto."
"¿De qué hablas?" Preguntó Stelle, acurrucándose cómodamente. "No hicimos nada raro."
"Sí, pero Firefly está literalmente viendo."
"¿Y qué? Siempre lo hacemos."
Aleph frunció el ceño.
"Pero nunca en frente de alguien que claramente nos está mirando como si…"
Se quedó en silencio.
Miró a Firefly.
Firefly estaba completamente rígida.
Sus ojos temblaban.
Su cara estaba ardiendo.
Aleph suspiró.
"…Oh."
Firefly se levantó de golpe.
"¡TENGO QUE IRME!"
Corrió hacia la puerta.
Pero Stelle la detuvo.
"Oye, ¿qué pasa?"
Firefly estaba al borde del colapso.
"¡Nada, nada, todo está bien!"
Aleph se cruzó de brazos.
"Demonios, Firefly. Relájate, no es como si—"
"¡No digas nada!"
Pero ya era demasiado tarde.
Firefly lo supo en ese instante.
Ya no podía volver atrás.
"…Mierda." Susurró para sí misma.
La perversión la había ganado.
*******
Acto Extra: La Última Llamada
En un rincón del Expreso Astral, Firefly miraba al vacío.
La expresión de alguien que había visto el abismo y le había gustado.
"…Estoy condenada."
Y en su mente…
Imágenes de Aleph y Stelle volvieron a aparecer.
…Pero esta vez, la imagen era aún peor.
Una relación de tres.
Firefly se cubrió el rostro.
"Dioses…"
"…¿Por qué me gusta tanto la idea?"
"…Tch."
Sus dedos temblaron.
Y así, Firefly se hundió aún más en su degeneración.
Sin escape.
Sin redención.
…Y sin arrepentimiento.
FIN?