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Chapter 2 - Capítulo 2: ¡El rescate de Nanako!

En su vida anterior, Hideki había sido un gran fanático del anime, especialmente de *Crayon Shin-chan*.

Aunque disfrutaba de los mangas llenos de acción y peleas, estos terminaban agotándolo. En cambio, *Crayon Shin-chan* lo relajaba. Incluso había fantaseado con la idea de viajar a ese mundo.

Pero cuando atravesó a este mundo, terminó en Kumamoto como el único hijo varón de la familia Koyama.

Aunque compartían apellido, no eran la misma familia que la de Misae, la madre de Shin-chan.

Eran... ¡la rama del tío de Misae!

El padre de Misae se llamaba Koyama Yoshihi y era el tío mayor de Hideki.

Al principio, Hideki estaba emocionado: ¡por fin había llegado al mundo de *Crayon Shin-chan*!

Pero el problema era que las dos familias llevaban años distanciadas por rencillas entre los dos ancianos tercos.

Hideki había crecido hasta los 18 años sin siquiera conocer a Yoshihi.

Fue solo cuando se inscribió en una universidad en Kasukabe que Yoshihi envió a Hideki Koyama a su ( hermana mayor Misae) con un regalo de bienvenida.

Yoshihi fue muy amable e incluso le sugirió que podía quedarse en casa de Misae.

Pero antes de conocer a su famosa sobrina política, Misae, o a su aún más legendario sobrino, Shinnosuke "Shin-chan" Nohara, ¡el primero que encontró fue a Ōhara Nanako!

Aunque, a diferencia de la Nanako dulce y serena del anime, esta versión estaba furiosa.

Avanzó con determinación, y aunque su enojo no le restaba belleza, su aura era tan intimidante como la de una esposa que acaba de pillar a su marido en plena infidelidad.

Bajo esa mirada, las mujeres finalmente se apartaron.

'¿Tiene novia?'

—¡Te lo he dicho mil veces que no andes provocando! —gritó Nanako, fingiendo enojo.

—Sí, sí, lo siento —Hideki asintió rápidamente, aliviado.

Al ver lo "posesiva" que era Nanako, las demás mujeres suspiraron decepcionadas.

—¡Gracias por salvarme! —susurró Hideki mientras Nanako lo agarraba del brazo y lo llevaba a un lugar menos concurrido.

—No es nada. ¿Acaso... siempre causás este alboroto? —preguntó Nanako, alzando la vista para mirarlo.

'¡Es tan alto!'

El rostro de Hideki era deslumbrante: rasgos perfectos, una sonrisa cálida y unos ojos que podrían derretir a cualquier mujer...

'¿En qué estoy pensando?'

Nanako se regañó mentalmente por su momentáneo enamoramiento y continuó con naturalidad:

—Bueno... no siempre. En Kumamoto no era tan exagerado —respondió Hideki con una risa incómoda.

—¿Eres de Kumamoto? ¡Me encanta Kyushu! El melón de Kumamoto es delicioso, aunque aquí en Haruhi es demasiado caro. Casi nunca lo como —comentó Nanako con nostalgia.

A diferencia de la vasta y fértil China, Japón tenía recursos agrícolas limitados, y las frutas eran un lujo. (Si que ama a su país ¿no? Bueno sigamos.)

—Por casualidad, traje algo de melón y sandía. Si no te molesta, puedes quedarte con un poco —Hideki abrió su mochila y sacó varios trozos de melón envueltos en film transparente.

Aunque los japoneses solían ser reservados, Hideki estaba tan emocionado de conocer a un personaje de *Shin-chan* que no pudo evitar ser generoso.

—¡Muchas gracias! Pero esto es demasiado valioso. Déjame pagarte —insistió Nanako.

—No, no, ¡me salvaste!... Espera, ¿ya pasamos Haruhi? —Hideki abrió los ojos de golpe.

—Sí... Ahora estamos cerca de Onsen Tōen. ¿Querías bajarte en Haruhi? —preguntó Nanako, confundida.

Haruhi era el centro de la ciudad.

—¡Lo siento, hablamos otro día! —Hideki se abrió paso entre la multitud hacia la salida.

'Japón está demasiado poblado... Debería comprar un coche para evitar estos problemas.'

—No solo es guapo, sino también generoso —murmuró Nanako mientras lo veía irse.

—¡Oye! ¡Dime tu nombre! ¡O al menos tu número! —gritó, pero Hideki ya había bajado.

No quería quedar en deuda. Esa bolsa de melón y sandía, si era auténtica de Kumamoto, valía más de 6.000 yenes.

—¡Si el destino quiere, nos volveremos a ver! —la voz profunda de Hideki resonó en la distancia.

Nanako sintió una punzada de decepción, aunque fugaz.

Porque en ese momento, notó las miradas furiosas de todas las mujeres en el vagón.

Ni siquiera su fuerte aura podía contenerlas.

'Todo esto por culpa de ese tipo...'

---

—Disculpe, ¿esta es la propiedad de Minamimachi 3-chōme 3-5-1?

Hideki llevaba gafas de sol y ropa casual, lo que le daba un aire extraño.

Pero no tenía opción: su apariencia llamaba demasiado la atención, y solo así había logrado escapar de que lo arrastraran a un onsen.

Siguiendo las indicaciones escritas, llegó a su destino.

Y ahí estaba: la vecina cotilla.

La mujer lo examinó con una mirada indiscreta y algo descortés.

—Sí, ¿a quién buscas? ¡Esta propiedad tiene problemas legales! No se puede comprar, solo alquilar —mintió descaradamente.

Últimamente, los agentes inmobiliarios estaban comprando casas a bajo precio para revenderlas, y la vecina desconfiaba.

Hideki, con sus gafas de sol, parecía sospechoso.

—Busco a la familia Nohara —explicó Hideki, resignado.

En ese momento, una voz infantil y traviesa interrumpió:

—¡Señora, felicitaciones!

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