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Los Villanos De La Frontera

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Synopsis
El sueño de todos los hombres es vivir en paz y de forma sencilla. Gun de Clain, reencarno en un mundo medieval, no obtuvo poderes al reencarnar, tampoco tenía habilidades mágicas o talento. Era solo un plebeyo, en un mundo medieval. Al cumplir la mayoría de edad, se vio forzado a unirse a las fuerzas del ejercito en la frontera, y pronto entendería los horrores que este mundo ocultaba. La tortura era el único medio confiable para conseguir lo que querías, no podías confiar ni siquiera en aquellos que llamabas hermanos pues cualquiera podía traicionarte, y la corrupción era tan común que nadie lo veía mal. La frontera estaba llena de hombres que habían abandonado su humanidad hace años, villanos y asesinos despiadados. "Los Villanos de la Frontera." Pronto se verá arrastrado por las malas costumbres del ejercito, y quién sabe lo que sería capaz de hacer por vivir un día más.
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Chapter 1 - Prólogo.

—¡Esta es mi oferta, perro!

Grite a los cuatro vientos, asusté a los animales salvajes que se escondían en el bosque.

—¡Confiesa! ¡Y te otorgaré la oportunidad de morir sin dolor!

Caminaba de forma lenta, intentando suprimir mi emoción por querer correr detrás de el y despedazarlo hasta que no quede nada.

—¡CONFIESA!

El silencio del bosque era inmenso, mi voz hacia eco y se podia escuchar cientos de metros a la distancia.

El fuego eterno de mi rabia consumía la poca humanidad que quedaba en lo más profundo de mí. Intentaba controlarla, pero llegados a estas alturas, era imposible.

Podía escucharlo correr, atravesar los arbustos y como se tropezaba con algunas piedras del camino.

Cada quejido que soltaba del dolor, era música para mis oídos.

El rastro de sangre que dejaba por el camino, hacía que el lado más perverso saliera a la luz.

—¡Confiesa! ¡Confiesa! ¡Confiesa!

Los cuervos no paraban de repetir mis palabras, me seguían de cerca a todos lados, eran mis ojos y oídos en el cielo. Siempre las llevaba en mis misiones de busqueda de espías o traidores.

No era la primera vez que hacemos esto, asi que sabía que no me iban a fallar.

Un cuervo cayó en mi hombro, con delicadeza susurro a mi oído.

—Árbol. Delante. Escondido.

Los cuervos no podían hablar de forma fluida, incluso los niños entienden que los cuervos son solamente animales. Pero aun así, son las aves más inteligentes de todas, si sabes educarlas bien, pueden llegar a entender el significado de las palabras, así que solo necesitaba educarlas y enseñarles a usar las palabras correctas para enviar mensajes.

Desenfunde las dos espadas que cargaba en mi cintura, y me acerque lentamente hacia la dirección que me había indicado él cuervo.

Me aseguraba de dar cada paso con fuerza, para que él pudiera entender, que la muerte se estaba acercando cada vez más.

Mi armadura pesada era intimidante, me hacía difícil combatir contra enemigos con él.

Si tuviera sus dos piernas, posiblemente lograría escapar, llegar al acantilado que había a un kilómetro de distancia de aquí e intentar sobrevivir a la caída.

Mis espadas cortaron sin problema él árbol que lo estaba protegiendo.

Pude ver una figura rodar por el suelo, había esquivado una muerte segura, pero no le serviría huir.

—¡CONFIESA!

Iba a morir, lo sabía, pero se esforzaba por intentar huir, para ganar tiempo.

"Patético, ni siquiera los animales lucen tan lamentables cuando se enfrentan a su muerte."

Empecé a chocar mis espadas como si estuviera jugando con ellas.

"Clang, Clang, Clang."

El choque de mis espadas producían chispas de luz, lentamente me acercaba y podía ver cómo su rostro se volvía pálido, como si estuviera en presencia de un demonio que lo iba a arrastrar al infierno.

Por desgracia, no podía simplemente matarlo, necesitaba que su cadáver quedara reconocible y eso era complicado.

Di un paso adelante.

"SLASH."

Una trampa se activó.

Una brazo cayó al suelo en medio de la oscuridad.

Estaba cubierto con una armadura negra, pesada y aún estaba sosteniendo una espada en su mano.

Mi brazo.

No salía sangre de mi herida.

Había cortado atravez de la armadura, pero no era algo que me preocupara, pues era imposible que tuviera alguna trampa que pudiera matarme.

—Necesitas muchas más cosas para detenerme, tal vez en tu proxima vida puedas tener otra oportunidad para intentar matarme, aunque la fila es muy larga.

—¡NOOOOOO!

Los cuervos observaban sobre los árboles la escena, eran testigos, me observaban en silencio.

Me sentía como si estuvieran juzgando mis actos...

Mi brazo aún se movía sin problemas, aunque estaba cortado, necesitaría pedirle a un médico cuando regresará que me ayudara a suturar mi brazo para unirlo a mi cuerpo.

Pronto necesitaría conseguir algún discípulo para no volverme loco, pasar demasiado tiempo con estos cuervos me estaba haciendo perder mi cordura, y no podía permitir eso aún.

Tenía muchos planes en mente, no podía venirme abajo ahora, necesitaba hacer algo al respecto.

Es una suerte, que no faltaba mucho para qué me enviarán a supervisar las fuerzas de la frontera, seria una oportunidad para tomar un descanso, dejar de buscar espías y traidores como si yo fuera un perro de caceria.

Aunque era verdad que en la frontera estaban reunidos los peores miembros del ejercito, los villanos y asesinos. Incluso me desagradaba tener que convivir con ellos, pero era mejor que esto.

Solo espero encontrar algún soldado que me sea de utilidad y convertirlo en mi protegido.

[Fin del capítulo]