•—PRÓLOGO—•
¿Cuál había sido mi peor error?
Casarme con alguien a quien nunca pensé amar, no, fue el hecho de poner mi odio sobre mis sentimientos.
Su pistola estaba apuntándome, juró nunca hacerlo, pero su juramento solo fue en vano. Somos el odio, su significado y su representación. La maleza que crece sin piedad, el odio de la gente era como la energía que nos hacía vivir. Así era como yo nos veía, la desgracia de muchos y de nosotros mismos.
HAZEL
—te casarás—hablo la elegante mujer frente a mi, vestida de pies a cabeza con la famosa marca de balenciaga. Casi me ahogo con la taza de café que bebía, acaso me jugaba una broma justo ahora, la mujer sentada al frente de mi en donde nuestro pasado en conjunto es caótico, tome una servilleta y trate de disimular me pequeña sorpresa con sus palabras
Podría enumerar todas las veces que mi madre negó abiertamente toda conexión conmigo, sin embargo; no podia creer que esa mujer me llamará. Le debía cada minuto de vida de mi abuela a esta mujer que por años había roto todas las ilusiones y esperanzas que algún día me aceptara como una Hansen más.
"¿Puedes venir? " pregunto la mujer sin preguntar tan siquiera como estaba o como me sentía al respecto de su abandono, aún así lo tomé con calma y respondí que si. No me esperaba para nada esta noticia o tal vez en el fondo sólo pensé que ella en verdad quisiera enmendar las cosas, aún seguía con esa mentalidad de chiquilla hambrienta de una figura materna en su patética vida, suspiré y trate de parecer lo más atenta posible a lo que esta mujer trataba de comentar
—un hijo de la familia Kiernan a decidido casarse con una de nuestra familia, es una maravillosa noticia y como Leora está embarazada he decidió que tu serás la afortunada Hazel —suspiré, sabía que sólo me había llamado para conveniencia propia, aún así caí en su ret sabiendo que esta mujer sólo me usaba para sus sucios planes. Deje la taza de café en la mesita, aclare mi garganta y con sensatez respondí
—no—simplemente no estaba preparada para ser la esposa de nadie, y muchos menos ser esposa de alguien a quien nunca en mi vida había visto, lo de que mi hermana Leora estaba embarazada me resultaba muy poco convincente, se sabía por toda la ciudad que Leora tenía un harem de bebés en el cielo. Por que sería especial el que supuestamente llevaba en su vientre
—Hazel—llamó por el nombre que normalmente todos me llamaban de cariño, algo que no era para anda común en aquella mujer—te he dado todo lo que a estado en mi alcance he pagado cada cuenta que tenías acumulada en el hospital por la vieja esa, nunca te echado en cara cada dólar que había gastado en ti—la interrumpí
—lo estás haciendo justo ahora—respondí al rápido, ella era de las que tiraba la piedra y escondía la mano
—no me dejas otra opción—respondió con seriedad
—si tienes otra opción, dejarme en paz—hoy ya confirme lo que tanto me daba vueltas en la cabeza...mi madre era una egoísta que no le importaba en lo más mínimo el bienestar ni de su propia madre
La mujer tomó la taza de café de la mesita que nos separaba, tomó un sorbo y con una sonrisa de superioridad me dirigió la palabra
—sabes lo inútil que has sido todos estos años...—mi madre por fin mostró su verdadera cara— ¡mírate! Nunca vas a encontrar a un hombre tan adinerado como la familia Kiernan, ¿que has hecho en todos estos años? ser un parásito que vive avergonzado el apellido Hansen. Hazel no eres más que sólo una empladucha a tiempo completo, si quieres mantener las cuentas de la vieja de tu abuela adelante no te detendré pero, si quieres seguir viendo a esa mujer con vida deberás de hacerme ese pequeño favor— no me quedo más de otra que sólo agachar la cabeza.
Tenía razón, no era más que una simple secretaría dentro de una horrible editorial de mala paga, mi sueldo no me alcanza para darme algunos lujos como pagar la clínica en donde está mi abuela. Aparte no tenía tiempo ni para mi misma, trabajaba, llevaba a mi departamento muy tarde y luego repetía el mismo ciclo una y otra vez
Pero aún así no era una mujer que se entregaba a cualquier hombre por su dinero. Levante la cabeza y con voz firme le respondí
—no pienso casarme y menos con un tipo que ni conozco, así que busca la solución a tu problema tu misma Inara —me levante para irme, ella no se veía inmutada o mucho menos molesta, parecía que estaba satisfecha por mi respuesta
De debajo de sus piernas sacó unos papeles y los arrojó a la mesita
—sabias que tu padre cometió un crimen. Tu y yo cuál, Hazel—sonrió con malicia, me senté nuevamente dispuesta a escucharla, mi padre era lo único a lo que no podía renunciar.
Su sonrisa de satisfacción me llenaba de impotencia, mi madre era la mujer más despiadada que conocía
—tengamos un trato, me haces ese favor y yo personalmente cubro cada cuenta del hospital de Daphne...y tu padre no será condenado—suspire.
—no tienes vergüenza, ¿verdad?—me levante de la silla, mirándola con indiferencia—si a mi abuela o a mi padre le pasa algo te juro por todos los demonios que tienes detrás que te hundiré.
Dicho esto me retire, no soportaba la idea de seguir un segundo más aquí
—¿terminaron?—pregunto Leora a un lado de la puerta, mientras dejaba su celular
—¿por que no te casas?—ya estaba harta de que en cada plan siempre me echaban la culpa sin ser parte de un plan
—no me apetece estar con un hombre con apellido Kiernan—en pocas palabras me estaba diciendo que me estaba hechando a los lobos
—tu y tu madre son dos enfermas mentales—estaba cansada de estar en cada estupidez pero no podía renunciar a mi abuela o tan siquiera a mi padre.
Salí de ese lugar sin decir otra palabra, la sonrisa de Leora reflejaba que había ganado su libertad a cambio de la mi vida y así era, todas las veces que había complacido a mi madre y a mi idiota hermana con el único fin de tener una pizca de orgullo de mi madre pero era simplemente imposible ellas principalmente mi madre sólo me usaba para sus planes y luego me maldecía por ser una inútil cuando las cosas no salían como ella esperaba
Sin embargo seguía volviendo a ella como un boomerang el cual no podía salir de su lugar de rotación, no quería cortar aquella petición pero era mi abuela y mi padre dos seres que me han demostrado amor y los únicos que parecían quererme de verdad.
Que debería de hacer, por que de la nada estaba metida en este problema, no sería más fácil si sólo Leora se casaba en mi lugar y a mi me dejaran como siempre de lado, ser ignorada por esta familia a veces me era más fácil que sólo ser lanzada por el acantilado en cada plan que esas dos se propongan. Saliendo de allí vi el auto de Richard Hansen, del auto salió dicho hombre el cual no cambiaba para nada me hice a un lado en cuanto vi que caminaba en dirección a mi
Paso a mi lado sin decir ni una palabra, vaya relación de padre e hija, pero aún así no me importo y sólo decidí seguir mi camino, no quería más estar allí en donde sólo me sentía miserable.